Diferencias culturales entre España y Reino Unido
Si estás pensando pasar un tiempo en UK, quizás deberías tener en cuenta las diferencias culturales entre España y Reino Unido, algunas bastante curiosas
En la entrada de hoy, vamos a abordar algunas curiosidades culturales que suelen llamar la atención de los españoles al viajar al Reino Unido con la intención de pasar allí un tiempo y aprender inglés.
Los peligros de cruzar la calle
Es de todos conocida la peculiaridad circulatoria existente en el Reino Unido, donde se circula por el lado contrario de la carretera. Eso, naturalmente, obliga a un pequeño período de adaptación a la hora de ponerse detrás de un volante en las islas. Sin embargo, las implicaciones de esto no quedan aquí, puesto que los peatones también se ven afectados: acostumbrados a mirar hacia la izquierda para cruzar la calle, uno puede llevarse un pequeño susto si no recuerda que en Inglaterra los coches vienen desde el otro lado.
Los grifos
Una de las diferencias culturales entre España y Reino Unido que más sorprenden al español es la curiosa ausencia de grifos únicos con los que poder modificar la temperatura del agua de los lavabos. Por el contrario, cuando uno pretende lavarse las manos por allí arriba, se ve obligado a debatirse frente a una cruel disyuntiva: congelarse las manos o achicharrárselas.
Afortunadamente, ha habido quien ha sido capaz de encontrar una ingeniosa solución.
Las persianas
Sin salir de casa, nos encontramos con otra pequeña molestia. Por alguna misteriosa razón, los arquitectos británicos no han debido de oír hablar de esos maravillosos artilugios que se colocan en la ventana y se abren y cierran para permitir o impedir la entrada de la luz. ¡Con razón los guiris madrugan tanto! Cuando llega el verano y a las 5 de la mañana hay más luz que a las 5 de la tarde en invierno, esos rayos de sol entrando a intempestivas horas del amanecer no se agradecen precisamente. Especialmente si has estado de fiesta y andas un poco resacoso (o hungover).
El alcohol
Para llegar a estar hungover, habrás debido pasar por varias fases antes. Primero un poco tipsy, luego drunk y, si no andas con cuidado, absolutely wasted. No obstante, atravesar tales fases va a resultar más costoso, tanto en tiempo como en dinero, de lo que sería en España (motivo por el cual los guiris suelen acabar en nuestras ciudades costeras, ganándose una reputación de binge drinkers digamos discutible): ¿por qué decimos esto? Porque, al contrario de los cubatas a medio vaso que la generosidad de camareros vertiendo líquido durante varios segundos permite en España, las bebidas en Inglaterra tienen unas medidas oficiales que al español entrenado apenas le parecen irrisorias: por ejemplo, los spirits (básicamente whisky, vodka. ron, ginebra y brandy) se sirven de 25 en 25 mililitros y los licores de 50 en 50. Esto se traduce en que, si te acercas a una barra británica a por tu ron con coca cola, probablemente te encontrarás preguntándote si no se les habrá olvidado echarle el alcohol.
Consecuencia de lo anterior es que los jóvenes autóctonos tienden a optar por pasarse la noche bebiendo pintas, ya que les cunde más por el mismo precio. En España, no asociamos tomarnos una caña a estar de fiesta pero en Inglaterra cualquier pub, bar o night club (lo que sería un bar de copas o discoteca, lo que hace que, contra lo que solemos decir los españolitos, salir de fiesta no sea go to the party sino go clubbing) que se precie tendrá al menos un par de grifos de cerveza rubia o lager, otro par de cerveza oscura o bitter y, por último, uno de cerveza negra (normalmente de una marca que no mencionaremos para no hacer publicidad pero que tiene un libro de los récords). Quizás sea por esa tendencia a acabar bebiendo, literalmente, litros de cerveza que todos los garitos ingleses tienen unos baños absolutamente lujosos en comparación con los tercermundistas zulos que nos podemos encontrar en nuestras zonas de marcha. En ellos, probablemente te encontrarás con un o una especie de «gorrilla» de cuarto de baño que te ofrecerá multitud de variados jabones y pijaditas similares, chantajeándote emocionalmente para que pagues una libra (pound o, de forma coloquial, quid tanto en singular como en plural) por lavarte las manos. Para colmo, pueden suponer un pequeño problema si eres de vejiga tímida, como Moss y Roy de The IT Crowd, serie que recomendamos encarecidamente:
Igualmente suelen llamar nuestra atención algunas cosas raras que los guiris se echan al gaznate cuando salen de fiesta: vodka con coca cola (¿?), malibú con coca cola (¿?¿?), brandy con coca cola (¿?¿?¿?)… ¿Qué tendrán estos guiris con la coca cola? Asimismo, tienen una bebida bastante popular que se llama wine spritzer, que viene a ser como nuestro maravilloso tinto de verano, sólo que con vino blanco. Probados ambos, cualquier paladar serio sabe que podrán decir que no tenemos ni idea de hacer una buena taza de té pero en este sentido los que no saben lo que se hacen son ellos.
Los ingleses no tienen frío
No sabemos si será esas cosas tan extrañas y originales que beben tendrán algo que ver, pero es un hecho científico y comprobado que los británicos son inmunes al frío. Ya puedes estar tú encogido, pelándote de frío pese a tus innumerables capas «cebolliles» de ropa de camino al pub, que el guiri británico medio andará en pleno enero con su camiseta de manga corta sin ningún tipo de problemas.
En una liga aparte juegan las inglesas, ya que, si bien es posible encontrarse a ingleses en sandalias en tan intempestivas épocas del año, lo más normal es encontrarse con las autóctonas andando con atuendos de, digamos, poca consistencia. Ocasionalmente, alguna se deja hacer mella por el frío y camina tiritando visiblemente. Deducimos que probablemente sean escocesas (nacionalidad tacaña en el imaginario de los estereotipos británicos por excelencia), queriendo ahorrarse la libra del ropero o cloak room.
En realidad, nadie dice thank you
O casi nadie.
Una cosa que llama la atención al llegar allí es que eso que saben hasta los que nunca logran aprender inglés, dar las gracias, no se suele decir con el archiconocido thank you, al menos al hablar con gente de una edad relativamente joven. Por el contrario, lo que se oye a todas horas por allí es cheers, o incluso cheers, mate (gracias, tío/colega).
Pues con esto nos despedimos, agradeciendo que nos hayáis leído: cheers. mate!
¿Conoces algún otro choque cultural que nos podamos encontrar los españoles en el Reino Unido?
Yo recuerdo esos desayunos a prueba de bombas que incluso se repiten por la tarde, amén de sus «fish and chips»; del calcetín con sandalias, de lo pasado de moda que ya está el «tea time» según ellos, su desmedida pasión por el fútbol, de ser los inventores del Pop, los innovadores de la música en los 80 y la cuna del Heavy Metal, y así hasta el infinito.
«God save the Queen!!!»
Como diría Vincent Vega: «Pequeñas diferencias».
Gracias por comentar Miguel.